Éste va a ser el post más florido que hayas visto jamás. Volviendo de nuevo a las modas en la cocina es imposible no mencionar las flores, que se han convertido en un ingrediente más del plato. Y no me estoy refiriendo al uso de las del brócoli, calabacín, alcachofa, que también lo son, o de las hierbas aromáticas para aderezos, aliños e infusiones. Me refiero a las que solemos poner en jarrones y centros de mesa para alegrarnos la vista y mimar nuestro olfato.
Ahora las flores forman parte de las cartas de los mejores restaurantes y no hay que tener ningún reparo en comerlas; eso sí, hay que estar seguro de que se pueden comer. Las rosas, por su dulzor; las begonias, por su aroma a limón; los pensamientos, por aportar un intenso sabor a verdura fresca, ... El repertorio de sabores es bien ámplio, sólo hay que escoger el que vaya bien con nuestro plato.
Aunque cierto es que podemos contar con un extenso catálogo, en cuanto a seguridad es importante tener conocimiento de qué flores emplear. Como normas básicas nunca utilizaremos flores de viveros, floristerías, parques o jardines públicos porque pueden estar fumigadas. Hay que desechar estambres, sépalos, pistilos, corolas y tallos. Solo pétalos. Así que las flores de tu jardín o de tus macetas, las mejores.
Antes de ponerme con la ensalada, te enseño mi surtido de pensamientos.
Antes de ponerme con la ensalada, te enseño mi surtido de pensamientos.
Flor de pensamiento bicolor, anaranjado y púrpura, de mañano mini |
Flor de pensamiento bicolor, tamaño mini, púpura y amarillo |
Flor de pensamiento mini tricolor, blanco, púrpura y anaranjado |
Flor de pensamiento grande, color combinado blanco y púrpura en el mismo pétalo |
Ingredientes y elaboración
(para 6 personas)
2 bolsas de canónigos de 125 g
250 g de langostinos frescos
1 manzana Granny Smith
1/2 limón (el zumo)
50 g de nueces peladas
8 dátiles sin hueso
4 c/s de vinagre de módena
1 c/s de miel
AOVE
10 o 12 flores de pensamiento
10 o 12 flores de pensamiento
Sal
Empieza por cocinar los langostinos. Pélalos (reserva las cáscaras y las cabezas para hacer un fumet) y quítales la línea del intestino, también puedes cambiarlos por unas gambas de buen tamaño. Pon una sartén a fuego alto con una chorrito de aceite, unta con un brocha o pasa un papel de cocina e incorpora los langostinos, saltéalos y sácalos a un plato. Déjalos en espera.
Vierte en la misma sartén el vinagre y la miel, revuelve para integrarlos y déjalos reducir a fuego bajo hasta que espese ligeramente. Aparta del fuego y reserva. Si quieres abreviar solo tienes que usar una reducción de vinagre de vino, que puede ser un moscatel, un Oporto, un PX, ...O, simplemente, usar un vinagre directamente.
Lava las flores elegidas, sécalas con mimo y ponlas separadas en un plato, mejor sobre papel, para que se sequen.
Escoge el plato o fuente donde vayas a servir la ensalada y coloca los canónigos, como se trata de un envasado listo para consumir no es necesario ningún tratamiento previo. Esta colocación es básica para el aspecto final de la ensalada, hay que darle altura y tener cierto sentido de la proporción a la hora de situar los ingredientes. Ponle un primer rociado de sal, sin pasarte, porque al final pondremos también unas escamas.
Pela y trocea en dados o láminas la manzana, rocíala con el zumo de limón y revuelve, que se impregne bien. Trocea los dátiles en mitades o en cuartos, como prefieras. Reparte sobre los canónigos los dados o las láminas de manzana, los dátiles troceados y las nueces. Riega con la reducción de vinagre y miel dejándola caer en un hilillo, sin excederte. Distribuir los langostinos y pulverizar aceite sobre el conjunto (en este tipo de ensaladas me gusta usar un pulverizador).
Por último, salpicar flores y pétalos de pensamiento y dejar caer unos granos de sal gorda o en escamas. Yo siempre termino mis ensaladas así.
Si haces una ensalada así seguro que es el preámbulo de una comida muy especial. O no.
Abreviaturas
c/s Cucharada sopera
g Gramo
ml Mililitro
AOVE Aceite de oliva virgen extra
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