domingo, 27 de septiembre de 2015

Mug cake de chocolate y toffee




Ahora sí que no tienes excusa para tener un antojo o darte un caprichito. ¡¡¡4 o 5 minutos!!! Éso es lo que necesitas para desayunar o merendar un delicioso bizcocho o hacer el postre ese día que alguien se presenta en tu casa ... ¡y se queda!  Bueno, puede que al principio te lleve algún minutillo más porque hay que cogerle el truquillo a los tiempos del microondas y tener en cuenta algunos detalles.

Un mug cake es un bizcocho hecho en una jarra o taza de desayuno, de esas grandotas de 250 ml o 300 ml de capacidad. Mides los ingredientes con una cuchara, los bates con unas varillas o un tenedor, los pones en la taza sin ni siquiera engrasarla, los horneas en el microondas un minutillo y medio aproximadamente y te lo comes en cuanto se haya templado un poco. Eso sí, hay que tomarlos relativamente pronto, de lo contrario estarán chiclosos. 



Ingredientes y elaboración
(para 3 tazas de 250 ml)

3 c/s de azúcar
2 c/s de mantequilla ablandada
6 c/s de leche
10 c/s de harina de repostería
2 huevos L
3 c/s de cacao en polvo
1/2 c/c de levadura en polvo
3 c/s de dulce de leche
1 pizca de sal
3 c/c de dulce de leche




Pon la mantequilla con el azúcar en un cuenco y bate enérgicamente con unas varillas. Echa la leche y mezcla bien. 



Incorpora los ingredientes sólidos excepto las cucharadas de dulce de leche y bate hasta integrar el conjunto.



Vierte en las jarras hasta un pelín más de la mitad, deja caer una cucharada sopera de dulce de leche sobre la masa y llévalos al microondas de uno en uno poniéndolos sobre el borde del plato giratorio, no en el centro. Al principio hornea al máximo durante 45 segundos y después 1 minuto a 650 w. 



Si ves que sólo sube por un lado gira la taza 180º a la mitad del tiempo, esto es que si el asa está situada a tu derecha colócala a la izquierda, así deberá subir por igual. Pincha una aguja hasta el fondo para ver si está hecho, no importa que salga con algunas miguitas pegadas porque conforme se va templando se cuaja más. A nosotros nos gustan muy, muy cremosos y para eso hay que dejarlos casi hechos, les quito unos segundillos de cocción y listo.

Antes de que sigas con los que te quedan te haré algunas observaciones que te van a venir bien, sobre todo si te has llevado un disgustillo con el resultado del primero. Lo bueno que tienen estos bizcochos es que puede que el primero no te salga mono pero te servirá de guía para los otros. Como en el microondas las masas suben volando si ves que se va a derramar lo paras, esperas unos segundos y sigues horneándolo a intervalos pero, eso sí, tendrás que llevar la cuenta de los segundos. Para los próximos reduces proporcionalmente las cantidades y así no tienes que estar tan pendiente. 

Y para ver la consistencia igual, si te parece que está cuajado antes del tiempo indicado, paras, compruebas y decides. Es que esto del microondas es como todos los aparatos, ninguno funciona igual aunque programemos los mismos parámetros. Aviso, no te pases con la cocción.



A ver qué tal te va.



Ahora decóralos como quieras. Yo les he puesto azúcar glas y una cucharadita de dulce de leche cuando aún estaban calientes para que se pusiera cremosita.


Anímate con los mug cakes, invéntatelos. Cambia unos ingredientes por otros siempre que sean de la misma categoría, sólidos con sólidos, líquidos con líquidos, o equivalentes ... Te doy alguna idea. La mantequilla resulta más cremosa pero si quieres poner AOVE incrementa en 1/4  la cantidad. Cambia leche por zumos de frutas o por nata (reduciendo 1/3 la cantidad) con esencias del sabor que quieras. Pon frutos secos molidos a modo de harina en lugar de la de trigo, total o parcialmente. Añade frutos secos picados o frutas secas rehidratadas. 

Juega con el tiempo de horneado, mejor dicho con el minitiempo, y prueba a hacer mini mug cakes en tazas de café o en las de expreso. Son unos segundillos y quedan minichulos.





Abreviaturas
c/s Cucharada sopera
c/c Cucharada de café
ml Mililitro
L Grande
AOVE Aceite de oliva virgen extra
w Watio



Aperitivos. Bombones de jamón/salmón, queso, pasas y algo más




Dentro del surtido de bombones salados que, como ya os dije en la receta de los bombones de cheddar curado iría poniendo, ésta es una variedad con  queso crema, pasas, PX y tomate confitado.

He preparado 24 bombones, de jamón y salmón a partes iguales, y lo que suelo hacer cuando hago surtidos bajo una misma apariencia es partir de una farsa común en la que introduzco algún elemento diferenciador a la hora de rellenarlos, así que los de jamón, además de tomate confitado, también lo llevan picadito y los de salmón, aguacate y gambitas. Y el toque aromático de la albahaca y el eneldo que, respectivamente, les van como anillo al dedo.


Ingredientes y elaboración
(para 24 bombones)

1 tarrina de queso crema (220 g)
7 lonchas finísimas de jamón serrano
30 g de pasas sultanas
30 ml de PX
30 g de tomates confitados
80 g de jamón picado
12 filetitos de salmón ahumado
1 aguacate maduro (pequeño)
80 g de gambas peladas
Pimienta negra molida
Pimienta blanca molida
1/2 c/c de albahaca picada
1/2 c/c de eneldo picado
Perejil picado
Aceite de girasol



Empieza por cocinar las gambas para que se vayan enfriando. Si no fueran pequeñitas pícalas un poco y rehógalas un par de minutos con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Reserva.



Para rehidratar las pasas ponlas en un cuenco cubiertas de agua y cuécelas en el microondas 1 minuto y medio a potencia media. Cuélalas, trocéalas un poco y vuelve a ponerlas en el cuenco con el PX. Reserva.



Escurre el aceite los tomates confitados, empapa el exceso con papel de cocina y trocéalos menuditos. Reserva.

Mezcla en un bol el queso crema y las pasas con el vino y divídela en dos mitades. 


A una parte le incorporas el jamón picado, los tomates confitados, la albahaca muy menudita (si la pones seca reduce la cantidad a la mitad) y la pimienta negra molida.



Pela el aguacate, chafa la carne con un tenedor, mézclalo con el resto del queso, las gambitas, la pimienta blanca y el eneldo (si es seco, ya sabes, pon la mitad).




Pinta ligeramente con aceite de girasol las semiesferas del molde y fórralas con las lonchas de jamón o de salmón, si las cortas en mitades podrás adaptarlas mejor. Tendrán que sobresalir un poco del borde, lo justo para poder tapar el relleno. 




Distribuye cantidades iguales de cada una de las farsas en los huecos. Coge el molde horizontalmente y dale unos golpes suaves contra la encimera para asentar el relleno. 




Ya sólo resta tapar con la parte de jamón o salmón que excede del borde.



Envasados y etiquetados, listos para usar o congelar.




A la hora de servir salpica los de jamón con perejil muy picadito y los de salmón con unas escamas de sal Maldon.




Curiosidad
¿Sabías que la pimienta blanca y la negra comparten el mismo grano? La pimienta negra se cosecha antes de que madure y se seca al sol, por lo que su piel se arruga y oscurece; al final resulta picante y fuerte. Sin embargo, si se recolecta el grano cuando ha madurado completamente y se pone en remojo para eliminar su cáscara se consigue la pimienta blanca, de sabor más aromático y con menos pique. De tal manera la prefería para mantener en el bombón de salmón un tono suave en todos los aspectos, incluso pasa más inadvertida a la vista.






Abreviaturas
c/c Cucharada de café
g Gramo
ml Mililitro
PX Pedro Ximénez
w Watio

Ensalada de kumato, anchoas, mango, aguacate y perlas del Guadalquivir





Ha sido entrar el otoño y empezar a resentirse la producción del huerto, aún así seguimos cosechando suficientes berenjenas, pimientos y tomates; fíjate que hace unos días preparé canelones de berenjena como para un regimiento. Es más, los tomates kumato están siendo los más prolíficos, incluso siguen teniendo un tamaño y un peso perfectos, lo que me sorprende muchísimo porque las otras variedades ya dejaron de producir. 




Si ves este tomate, conocido como el tomate negro, pequeñito, dulce e intenso, no te dejes intimidar por su color verde oscuro porque juega al despiste; es que madura de dentro a fuera, así que escógelos bien firmes cuando los compres porque estarán estupendos. 


Ingredientes y elaboración
(para 6 personas)

1 k de tomate kumato
2 tarros de anchoas en aceite (200 g)
1 aguacate (150 g)
1/2 mango (150 g)
10 cebollitas mini al natural
1 c/s de sirope de agave
10 aceitunas perlas del Guadalquivir sin hueso 
4 c/s de zumo de naranja
2 c/s de vinagre de Jerez
6 c/s de AOVE
1 c/c de albahaca deshidratada
Pimienta de Jamaica
Sal gorda





Comenzamos por glasear las cebollitas porque no es algo que nos vaya a llevar mucho tiempo pero hay que encender el fuego y cocinarlas. Comprar las cebollitas cocidas te facilita la tarea, ahora sólo tendrás que darles el punto final pero siempre puedes ponerlas frescas. Elegir sirope de agave es por la suavidad y porque potencia los sabores y los aromas aún teniendo mayor poder endulzante que el azúcar, así que siempre que se use habrá que reducir la cantidad, aquí creo que queda bien con 1 c/s. 




Pon las cebollitas en una sartén pequeñita, saltéalas a fuego fuerte un par de minutos, añade el sirope de agave y rehoga hasta que apenas empiece a caramelizarse. Aparta del calor y reserva.



Ahora la vinagreta. Pon en un cuenco el vinagre, el zumo de naranja, la albahaca y la pimienta de Jamaica molida. Mezcla bien y deja que repose unos minutos. 



En este rato machaca en el mortero 4 o 5 filetes de anchoas libres de espinas y reserva. Quitar las finísimas espinas de las anchoas es importante porque es muy desagradable encontrárselas en el plato. Retíralas cuando ya hayas hecho la pasta, como ves en la foto se aprecian perfectamente.



Incorpora el aceite al vinagre dejándolo caer en un hilo fino mientras lo bates a fondo, añade la masa de anchoas, bate un poco más para integrarlas y déjalo en espera. Mézclalo de vez en cuando hasta que se use.



Pela y trocea el mango y el aguacate, yo lo hice en láminas. 



Lava y seca los tomates, dependiendo del tamaño trocéalos en cuartos u octavos y ponles sal gorda pero, cuidado, recuerda que uno de los ingredientes es anchoa y que la vinagreta también la lleva.



Montar la ensalada en una fuente plana le dará vistosidad y tu tendrás mayor capacidad de maniobra que en una ensaladera. Con los tomates de base, ve colocando los demás elementos buscando que tengan armonía, nada de colocarlos sin ton ni son. Las láminas de aguacate y mango, las anchoas quedan muy bien enrolladas y dejando un hueco en el centro donde poner una cebollita o una aceituna. Por último regar con la vinagreta de anchoa.






Abreviaturas
c/s Cucharada sopera
c/c Cucharada de café
k Kilo
AOVE Aceite de oliva virgen extra




viernes, 25 de septiembre de 2015

Esferificación. Raviolis de frambuesa




Alginato, cloruro cálcico, iota, gluconolactato, goma gellan, xantana, ... Perdón, ¿estás hablando conmigo? Pues sí, te cuento, son términos que nombran diferentes productos imprescindibles en esto de la gastronomía molecular. Ahora sí, ¿verdad? La cosa es que según se empleen nos van a permitir infinidad de aplicaciones actuando como gelificantes, emulsionantes, humectantes, espesantes, etc..., con unos resultados inimaginables. Por ejemplo, con la goma gellan (gelificante) se consiguen compotas de frutas gelificadas muy resistentes al calor pudiendo ser el relleno de un bizcocho y manteniendo su forma aún después de pasar por el horno.  

Pues bien, la esferificación es una técnica por la que, según se apliquen los reactivos, se puede gelificar un líquido. En la esferificación básica o directa la esfera se va gelificando progresivamente hasta solidificarse completamente, aunque no tiene nada que ver con el falso caviar en el que se empleaba el agar-agar. Por el contrario, en la inversa tendremos un interior líquido contenido en una membrana gelificada como en el caso de estos raviolis de frambuesa. El prodigio tiene lugar al entrar en contacto el alginato y el calcio. Aquí te emplazo a un didáctico artículo sobre esto y algo más. 

Siempre sin pretensiones, y nada más lejos de una vanguardia desaforada en mi cocina, no está de más hacer algún que otro pinito molecular de estos de vez en cuando. Queda genial complementar cualquier plato con un vaporoso aire  o con las texturas diferentes de unas esferas que, de repente, te explotan en la boca. Y a color y atractivo no hay quien les gane. 








Ingredientes y elaboración

80 ml de pacharán
400 ml de frambuesas licuadas
80 g de azúcar glas
2,5 g de lactato de calcio (gluconolactato)

Para el baño de alginato
1/2 l de agua mineral
2 g de alginato de sodio

Para el baño de agua
1/2 l de agua corriente

Para el almíbar
3 c/s de azúcar
1/2 l de agua corriente




Lava las frambuesas y ponlas a macerar en el pacharán durante 1 hora revolviéndolas de vez en cuando. Cuélalas y tritúralas con la batidora junto con el azúcar y el gluconolactato. Yo he puesto esta cantidad de azúcar porque quería mantener algo de la acidez de las frambuesas pero puedes poner más. Cuela el zumo si no quieres que contenga las semillas, tapa el batido con un film y déjalo en el frigo al menos media hora para que desparezca el aire que se haya podido acumular y al hacer las esferas no contengan burbujas.



Mezcla el alginato con el agua mineral, bate hasta que esté bien disuelto y vierte en un recipiente no plástico. Tapa con film y deja reposar también en frío. 

Para mantener las esferas hasta su utilización, o si no se van emplearlas todas, prepara un almíbar ligero disolviendo las 3 cucharadas de azúcar en 1/2 l, se deja hervir 5 minutos, se retira y se deja enfriar. En él puedes conservarlas perfectamente 3 o 4 días, siempre en frío y sin riesgo de que se peguen entre sí.

Pon el otro 1/2 l de agua en un cuenco.



Así que tendremos tres baños, uno de alginato, otro de agua clara y un tercero con el almíbar. Y el licuado de frambuesas con el gluconolactato. 

Todo listo para el circuito.



Elige la cucharilla dosificadora del tamaño que quieras que sean las esferas, llénala, sumérgela en el baño de alginato y deposita el contenido suavemente, no lo dejes gotear.  Puedes hacerlas en tandas pero cuidando que no se toquen entre sí porque no podrás separarlas sin romperlas. Según el tamaño estarán más o menos rato en el baño, para el de una cucharadita de café será suficiente con un par de minutos, algunos segundos más si quieres manejarlas con relativa tranquilidad. En cualquier caso necesitarás una cucharilla perforada como la que se muestra en una de las fotos del post del falso caviarOtra cosa que tienes que tener en cuenta es que hay que retirarlas en el mismo orden en que se bañan. 



Se sacan escurriendo el exceso de líquido y se ponen en el baño de agua para limpiarlas.



Después se colocan en el baño de almíbar para conservarlas hasta darles la ubicación definitiva.



Pues aquí las tienes, esferas de una apariencia sólida exterior ...



que esconde un efectista fluido en su interior.



Os dejo un surtido de dulces en los que brillan con luz propia.

Tarta de queso y ravioli de frambuesa



Macedonia de frutas y perlas de frambuesa



Esponjoso de yogur con esfera de frambuesa



Bizcochito de chocolate blanco y esferificación de frambuesa



Algunas consideraciones
Si el producto o elaboración que quieras esferificar no tiene suficiente densidad puedes añadir goma xantana a razón de 10 g x l.

La proporción estándar para el baño de alginato es de 5 g x l y se puede conservar en frío durante 10 o 12 días para posteriores usos. La de gluconolactato es de 4-6 g x l de producto a esferificar.

Una preparación ácida en exceso no funcionará en esferificación, habrá que rebajarla poniendo una pizca de citrato sódico o bicarbonato.







Abreviaturas
c/s Cucharada sopera
g Gramo
l Litro
ml Mililitro
x Por




domingo, 20 de septiembre de 2015

¿Cupcake Filipino o Príncipe?





Ya parece que se ha aplacado un poco el boom de hace unos años, cuando esa especie de magdalena llamada cupcake llegó a nuestra repostería, pero la creatividad que despierta las infinitas posibilidades de combinar sabores y colores en un pequeño pastelito hizo que viniera para quedarse. Aunque yo creo que nunca han sido una amenaza para un bizcocho bien horneado o una tarta de cumpleaños.

De estos cupcakes  sólo te diré que nada más que el olor a chocolate llama a la puerta de tu pituitaria el ser más goloso se apodera de tu mente. ¡Por Dioooooooos, es purito colocón de chocolate! 


Ingredientes y elaboración
(para 12 cupcakes)

Para el bizcocho
200 g de azúcar
3 huevos M
160 g de harina
125 g de mantequilla
50 g de cacao en polvo sin azúcar
130 ml de leche 
1 c/p colmada de levadura en polvo
1 c/c de extracto de vainilla
1 pizca de sal

Para el almíbar
120 ml de agua
100 g de azúcar
1 rama de canela

Para el sirope de chocolate 
50 g de cacao en polvo
150 g de azúcar
100 ml de agua
1 c/s de glucosa
1/2 c/c de extracto de vainilla
1 c/c de mantequilla

Para la crema 
10 filipinos blancos o galletitas príncipe estrella
125 g de mantequilla
2 c/s de leche
300 g de azúcar superfina (icing sugar)
125 g de queso crema

Para la decoración
12 filipinos o estrellas

Antes que nada te diré algo importantísimo. Cuando se habla de azúcar superfina es que es eso, casi un polvo de azúcar. Compra icing sugar, nada de ese azúcar que se comercializa como glas o que se hace con la thermomix, porque corres el riesgo de masticarlo en la crema. Y para batirla usa una batidora de varillas rígidas, los robots de cocina tampoco sirven porque no logran la consistencia que se necesita.





Saca los ingredientes que estén en el frigo menos el queso crema. Precalienta el horno a 180º, calor arriba y abajo. 

Haz el almíbar  poniendo el agua, el azúcar y la rama de canela en un cazo a fuego medio, remueve para disolver el azúcar y deja que hierva un par de minutos. Retira del calor y deja templar.

Haz también el sirope de chocolate. Calienta el agua en un cazo a fuego medio, disuelve el azúcar, incorpora el resto de ingredientes menos la cucharadita de mantequilla y remueve hasta que sea una salsa homogénea. Deja que pierda un pelín de calor antes de añadir la mantequilla, remueve hasta que se haya fundido e integrado. Cuando se enfríe algo más pásala a un tarro y resérvala.



Prepara la bandeja con las cápsulas de papel. Mezcla en un cuenco la harina, la levadura y el cacao. Bate la mantequilla con el azúcar hasta que resulte integrada y ve añadiendo los huevos uno a uno sin dejar de batir. Echa la mitad de la harina, la leche, la vainilla, la pizca de sal y la otra mitad de la harina mezclando en cada incorporación hasta que resulte lisa y homogénea. Reparte la masa en las cápsulas con algo que te sirva de medida para poner en cada una la misma cantidad, en cualquier caso no las llenes más de 2/3 y hornéalos en el centro del horno 20 o 25 minutos. Y, como siempre, comprueba que se han hecho pinchando una aguja, que debe salir limpia. 

Nada más sacarlos del horno pincha cada cupcake con la aguja varias veces, píntalos con el almíbar y deja que se enfríen.




Para hacer la crema comienza por triturar las galletas lo más fino posible y resérvalas. Pon en el cuenco de la batidora o robot el icing sugar tamizado, la mantequilla y la leche, tápalo o cúbrelo con un paño si no quieres envolver la cocina en una nube de polvo y bate al mínimo un par de minutos. Añade la crema de queso fría y sigue batiendo 5 o 6 minutos, ahora al máximo. A mayor tiempo de batido, mayor consistencia. Incorpora las galletas molidas y vuelve a batir 1 minutillo más. Reserva en frío.




Cuando estén fríos los cupcakes se saca un cilindro del centro de cada uno sin llegar al fondo del todo. Deja cada cilindro junto a su cupcake para no confundirlos. Rellena los huecos con sirope de chocolate, lo suficiente para que no rebosen cuando se vuelva a poner la tapa, pero si quieres poner más no los tapes.

Cubre el cupcake de crema hasta el borde de la cápsula alisando la superficie con una espátula o un cuchillo. Echa el resto en una manga pastelera con boquilla de estrella y haz rosetones partiendo del centro y en el sentido de las agujas del reloj. Se espolvorea ligeramente con cacao en polvo y se termina de decorar con estrellas príncipe o filipinos. 




Y si quieres hacerlos con ron, coñac, marrasquino, orujo, ..., sólo tienes que reducir la cantidad de leche tanto como pongas de licor. En el bizcocho puedes poner mitad y mitad  y en la crema y/o el almíbar añadir 20 o 30 ml.








Abreviaturas
c/s Cucharada sopera
c/c Cucharada de café
g Gramo
ml Mililitro 
Mediano




Canelones de berenjena y atún con salsa de setas




Esta combinación de una verdura, muchas veces berenjenas con algún pescado es un clásico de mi cocina, ya apareció por aquí una vez en el bloc de berenjena y no será la última. Hacen una pareja perfecta. En esta ocasión he optado por unos enrollados canelones pero el plato quedará igualmente atractivo si haces una lasaña o un pastel salado de capas. 

Bueno, lo cierto es que con la berenjena puedes atreverte con mil preparaciones y la mayoría de ellas las puedes tener listas en el congelador esperando el pistoletazo de salida. Hoy ya tenía las berenjenas horneadas y el pisto envasado, sólo he tenido que decidir qué más le ponía al relleno. Y para salsear una salsa de setas shiitake, una de las más perfumadas, aunque puedes cambiarla por champiñones, setas de cardo, rebozuelos, ... No diréis que no os lo pongo fácil.


Ingredientes y elaboración
(para 6 personas)

4 berenjenas grandes
1 cebolla mediana
5 dientes de ajo
1 zanahoria pequeña
1 pimiento rojo mediano
2 pimientos verdes italianos
3 tomates maduros grandes
200 g de atún en aceite (peso escurrido)
1 rulo de queso de cabra
Sal
Pimienta negra molida
Orégano 
Tomillo
AOVE

Para la salsa de shiitake
150 g de setas shiitake
300 ml de nata para cocinar (18% MG) o leche evaporada
Sal
Pimienta negra molida
1 ramita de perejil 
AOVE
50 ml de leche entera






Prepara las berenjenas peladas y cortadas a lo largo en lonchas de unos 5 mm. Se pueden hacer en el fuego, a la plancha, en microondas con grill o en el horno. Ponles sal, pimienta, orégano, un chorrito de aceite por encima y cocínalas hasta que estén tiernas, con algo de color pero no asadas completamente. Cuidado con el aceite, que las berenjenas absorben una barbaridad.




En tanto se hacen las berenjenas trocea menudas el resto de las verduras y haz una fritada. Pon una sartén con el aceite justo para cubrir el fondo y ve pochando la cebolla, los ajos, la zanahoria, las dos clases de pimientos y, por último los tomates rallados. Sazona, condimenta y deja que reduzcan los líquidos hasta que tenga el aspecto de un pisto. Reserva.



Limpia las setas, mejor que enjuagarlas es quitarles algún resto de tierra que puedan tener con un paño o con papel de cocina. Deja las más pequeñas enteras y trocea las demás. Saltéalas todas a fuego fuerte un par de minutos en una sartén con un chorrito de AOVE, un pelín de sal, la pimienta y un poco de perejil. Retira y reserva las que dejaste enteras. Saca dos cucharadas de las troceadas y añádelas a la fritada. Vierte la nata sobre el resto para hacer la salsa, deja que se cocine 3 o 4 minutos a  fuego lento para que pierda algo de fluidez y tritura con la batidora. Apártala y resérvala tapada. 



Momentos antes de necesitarla comprueba si la textura es la que te gusta, si la quieres más espesita de cómo te ha quedado déjala reducir un poco o, por el contrario, aclárala poniendo leche poco a poco. 




Para enrollar los canelones corta un trozo de film transparente mayor que el tamaño que quieras obtener. Ponlo sobre la encimera, a 3 o 4 cm del borde del film más cercano y en sentido paralelo a ti coloca lonchitas de berenjena ligeramente superpuestas, suficientes para que envuelvan el relleno que hay que poner y queden solapadas con las del principio cuando hayamos terminado el enrollado. También a lo largo del lado próximo a tí pon una línea de fritada de verduras y alterna sobre ella tacos de atún, setas picadas y queso. 



Levanta el film desde los extremos tensándolo ligeramente con ambas manos y comienza a enrollar, como si fueran a envolver un caramelo grandote. Presiona ligeramente sobre el film cuando el canelón estás entre tus manos para compactar la farsa, levántalo y avanza el enrollado siempre tirando de él hasta que se solapen la berenjena del final con la del principio.



Puedes hacer los rollos de cualquier tamaño, yo prefiero hacerlos bastante largos porque los manejo mejor. Al final los corto conforme el emplatado o el servicio que vaya a emplear.

 

Normalmente hago cierta cantidad y, además del plato del día, preparo otros con diferentes acabados. Puedo envasarlos tal cual así sólo tengo que hacer una salsita de última hora.



O directamente colocarlos en una fuentecita refractaria cubiertos de bechamel y queso rallado, los precinto,  etiqueto y congelo. Cuando llega el día H  van un rato al horno y se gratinan. Vamos, que va del congelador a la mesa ipso facto.



Y si te apuntas a la tendencia del emplatado lúcete pero monta una ración generosa y proporcionada, que no está reñida con un resultado estiloso. Se le da un golpe de calor a cada elemento, se salsea y se culmina con unas setas de aquéllas que dejamos enteras. Un salpicadito de perejil picado y c'est fini.








Abreviaturas

g Gramo
cm Centrímetro
MG Materia Grasa
ml Mililitro
AOVE Aceite de oliva virgen extra