domingo, 25 de octubre de 2015

Copa de sharoni, chocolate y nata





Tenía que poneros este facilísimo postre antes de que los pájaros acaben con todos los caquis que quedan en los árboles, de lo contrario no podría sacar ni una sola foto de uno que tuviera frutos. Y es que lo tienen tan fácil. Llegan felizmente volando, se posan en su rama junto a un caqui bien rollizo y ¡a succionar! Es comprensible, son tan vistosos, dulces, jugosos, con esa piel de seda, ..., un regalo de la naturaleza. 





Estos caquis son la variedad sharon y hay que tomarlos cuando están muy, muy maduros, de lo contrario presentarán astringencia en mayor o menor grado. 



Ingredientes y elaboración 
(para 6 personas)

20 sharonis
125 g de chocolate (Nestlé postres intenso)
350 ml de nata vegetal (Ambiante)
1/2 c/c de zumo de limón
Granillo de avellana
Barquillos, galletas, neulas, ...





Recuerda, la nata muy fría. Separa 100 ml y monta el resto con unas varillas eléctricas; como es nata vegetal pierde cuidado, te quedará bien sí o sí; esta vez he usado la marca Ambiante pero se puede poner la que quieras. Pásala a una manga pastelera con boquilla de estrella y reserva en frío. 



Haz una ganache calentando la nata reservada en el microondas durante 1 minuto a 650 w, añádele el chocolate troceado y deja que se ablande. Remueve hasta que estén bien integrados los dos ingredientes, si no termina de deshacerse el chocolate mételo a calentar de medio en medio minuto a 500 w. Vierte en una jarrita con pico vertedor y reserva tapado con un film para que no le salga costra. Cuando se haya templado guárdalo en el frigo hasta que montes las copas.



Corta los sharonis en mitades o en cuartos, saca la pulpa raspándola con una cuchara a ras de la parte interior de la piel y ponla en un cuenco. Agrega el zumo de limón para evitar la oxidación y mezcla. 


Vamos a montar las copas. Pon dos cucharadas de sharonis en el fondo y alisa, encima una capita de ganache de chocolate, rocía con unas avellanas en granillo y vuelta poner pulpa de sharoni hasta terminarla. Pon ganache de chocolate alrededor, pegado al cristal y dejando a la vista un buen rosetón de sharoni, y dibuja encima otro círculo de estrellas de nata. Para terminar salpica la nata de avellanas picadas.

Acompaña de unos barquillos, galletitas, o lo que tengas a mano.

Es un espectáculo de color y de sabor.





¿Que no terminan de convencerte los caquis? Prueba con plátanos, frambuesas, mangos, fruta de la pasión, moras, chirimoyas,  fresas laminadas, ... 





Abreviaturas

c/c Cucharada de café
g Gramo
ml Mililitro
w Watio 



viernes, 23 de octubre de 2015

Acelgas. Tarta Pascualina





Calificadas de aburridas, insípidas, sin el más mínimo atractivo y, lo que es peor, sin un popeye que las defienda, las acelgas pasan inadvertidas ante nuestra mirada por muy bien colocaditas que las tengan en el mostrador de la verdulería. Esos  magníficos pucheros de garbanzos con acelgas, aquéllas patatas con acelgas y chorizo o las pencas de acelga rebozadas de nuestro riquísimo recetario tradicional pasaron a la historia en pos de un menú rápido, que no moderno, que se hace en un plisplásNada que no se pueda solucionar con una olla rápida y una compra algo más convencional; haz que tradición y modernidad vayan de la mano en tu cocina.




La acelga es una de las verduras que siempre cultivamos. Como con todo, cuando se cosechan aparece una avalancha en mi cocina y toca procesarlas. Se lavan en agua clara varias veces, se escaldan unos minutos, se escurren, se dejan enfriar, se envasan, se etiquetan y listas para congelar. Las pencas son muy tiernas porque hacemos una recolección temprana, así que no tengo que retirarlas. Con las hojas de buenas proporciones suelo hacer enrollados o paquetes rellenos del tipo de estos envueltos de col que también quedan excelentes y muy vistosos.




















Cuando descubrí esta torta salada, que se prepara tradicionalmente en Liguria (Italia) en Semana Santa, me encantó y decidí que estaría en mi mesa también en otras ocasiones. Me parecen perfectos todos los ingredientes que allí emplean en ella -hojaldre, acelgas, ricotta, hierbas y huevos- pero esta libre interpretación con algún toque local no le queda nada, pero que nada mal.





Ingredientes y elaboración
(para 10/12 raciones)

2 discos de hojaldre
800 g de acelgas cocidas
150 g de requesón
100 g de queso parmesano rallado
250 g de queso grana padano rallado
1 cebolla grande (300 g)
50 g de piñones
100 g de pasas sultanas
1 c/c de orégano 
1/2 c/c de  mejorana
1/2 c/c de cominos molidos
8 huevos L
1 huevo M
Pimienta negra molida
Sal
Harina
AOVE




Coloca al fuego una sartén grande, ten en cuenta que progresivamente le iremos incorporando todos los ingredientes, ponle aceite hasta cubrir el fondo. Pica la cebolla en dados de 1 cm más o menos, añádela y póchala a fuego medio-bajo hasta que esté transparente y tierna. Incorpora los piñones y rehógalos un par de minutos.



Añade las acelgas cocidas bien escurridas, sube ahora un poco el fuego y revuelve. Pon las pasas en un cuenco pequeño, cúbrelas apenas de agua, cuécelas un minuto y medio al máximo en el microondas para hidratarlas rápidamente, cuélalas y agrégalas a la cazuela. Pon la pimienta, la sal y cocina hasta que hayan perdido toda el agua de la cocción pero cuidando que queden jugositas.



Cuando las acelgas estén listas apártalas del fuego y deja que se enfríen completamente. Añádeles los quesos rallados, el requesón previamente chafado con un tenedor y las hierbas a tu gusto, ya sabes que las cantidades expresadas son orientativas. Bate 3 de los 8 huevos, agrégalos y mézclalo todo.



Prepara un molde desmontable, éste es de 25 cm de diámetro y 6 cm de altura, engrasa y enharina los bordes interiores eliminando el exceso y ponle un círculo de papel de horno en el fondo. Coloca bien centrado un disco de hojaldre dejando el borde sobrante levantado sobre el lateral. Vierte el relleno y alisa. A 2 o 3 cm del borde y equidistantes entre sí haz 5 huecos y casca un huevo en cada uno de ellos. Ponles un granito de sal encima.

Precalienta el horno a 180º, calor arriba y abajo y coloca una balda en el centro. .


Bate el huevo que nos resta y pinta el borde de masa que hay en las paredes del molde. Coloca el otro disco de hojaldre a modo de tapa, recorta lo que excede del filo del molde y remete con cuidado entre el relleno y el borde del hojaldre de abajo que acabamos de pintar. Pinta con huevo el disco de arriba y cierra el pastel pegando el borde sobre él. También puedes hacer un cordón a todo alrededor uniendo los bordes de las dos masas, como en las empanadas, pero yo prefiero que quede liso porque se maneja mejor a la hora de desmoldarlo. 

Agujerea la superficie aleatoriamente con un tenedor y vuelve a pintar con huevo, también el borde recién pegado. Puedes hacer unos adornos con los recortes de hojaldre y decorar el pastel. Píntalos también con huevo batido.



Hornéa la tarta en el centro del horno hasta que la veas bien doradita. 




Deja que pierda calor fuera del horno. Antes de desmoldar la tarta pasa con cuidado una espátula flexible entre ésta y el molde, por si se hubiera quedado adherida en algún punto, y espera a que se enfríe aún más antes de pasarla al plato de servicio. 




Hazla con tiempo para tomarla templada o a temperatura ambiente, resulta aún más exquisita.







Abreviaturas

c/c Cucharada de café
g Gramo
cm Centrímetro
L Grande
M Mediano
AOVE Aceite de oliva virgen extra
w Watio



jueves, 22 de octubre de 2015

Bacalao con almejas en salsa de pimientos choriceros





Ideada a partir de la receta del bacalao a la vizcaína -aquí lleva más ingredientes- ésta es una de las infinitas posibilidades de preparar un guiso de bacalao que, aunque es muy fácil de hacer, es necesario estar pendientes del punto de cocción para que resulte suave y jugoso. 

En cuanto a los pimientos choriceros puedes optar por los secos, que tendrás que remojar en agua caliente, sin el tallo ni las pepitas, para cuando estén hidratados raspar la carne con el lado no afilado de un cuchillo; o bien, como en este caso, emplear pulpa de pimientos, también llamada carne de pimiento choricero, que se comercializa en conserva y es perfecta tenerla a mano para poner una nota sabrosa en cualquier guiso. Si no, prueba a ponerlo en un simple estofado de patatas; y al bacalao no le quites la piel porque la gelatina que contiene te dará un caldito bien trabado, riquísimo.


Ingredientes y elaboración
(para 6 personas)

1/2 l de caldo de pescado
6 lomos de bacalao desalado hermosos
1/2 k de almejas finas
1 cebolla hermosa 
5 dientes de ajo
3 tomates medianos 
5 c/p de carne de pimientos choriceros
1 c/s de harina
Pimienta negra molida
3 c/p de perejil picado
AOVE





Si no tienes caldo de pescado casero disuelve 1 cubito de caldo de pescado concentrado en 600 ml de agua y deja que hierva 5 minutillos. Si lo vas a hacer pon a cocer durante 18 o 20 minutos, a fuego medio-bajo, algunas cabezas y espinas centrales o algunos pescados pequeños de roca, un par de puerros, una zanahoria, un tomate, un pimiento verde, unas ramas de perejil, una pizca de sal y un litro de agua. Reserva.





Pon una sartén a fuego medio con el fondo apenas cubierto de aceite. Trocea la cebolla groseramente e incorpórala, corta los ajos en rodajas y añádelos. Baja el fuego y deja  que se pochen hasta que la cebolla se vea tierna y transparente. 




Cuando empiece a dorarse echa la carne de pimiento choricero, rehógalo y, a continuación,  pon el tomate rallado, un par de cucharaditas de perejil picado, pimienta molida al gusto y deja que se reduzca a una salsa trabada, ya sin líquidos. 



Añade la cucharada de harina y sofríela unos segundos para evitar el gusto a crudo. 




Tritura la salsa en el pasapurés o con la batidora y devuélvela a la cazuela, sube un poco el fuego, vierte el caldo de pescado y cocina el conjunto a temperatura media a partir de que arranque a hervir para que reduzca un poco y el sabor quede más concentrado, unos diez minutos. Aparta y reserva. 



Ve confitando los trozos de bacalao mientras se hace la salsa. Como no es necesario cocinarlos por completo porque se van a terminar de guisar en la cazuela, con la salsa, no nos llevará mucho tiempo hacerlos de uno en uno en una sartén pequeña, así no necesitaremos tanto aceite como cuando se confitan todos a la vez en una mayor. 

Pon AOVE suficiente en una sartén, apenas empiece a hacer las primeras burbujas baja el fuego al mínimo y cuece los lomos de bacalao con la piel hacia abajo un par de minutos retirándolo del calor por instantes para que no suba la temperatura; recuerda que confitar es cocinar a temperatura baja, en este caso a unos 60º. 



Ve colocándolos en la cazuela en la que se vaya a terminar el guiso; el pescado no debe quedar demasiado justo ni solaparse unas piezas con otras.



Pon el bacalao a fuego medio, incorpora la salsa de pimientos y deja que se cocine cinco o seis minutos o alguno más, dependerá del grosor de las piezas pero no lo cuezas en exceso o perderá el punto y se deshará. En el último momento espolvorea con perejil picadito. 




En contra del criterio generalizado de maridar el pescado con un vino blanco, esta exquisitez estuvo acompañada por un tinto joven, me pareció que la salsa lo estaba pidiendo a gritos. Y una buena hogaza de pan para mojar sin reparos. 





Abreviaturas
c/s Cucharada sopera
c/p Cucharada de postre
k Kilo
l Litro
ml Mililitro
AOVE Aceite de oliva virgen extra