Siempre me ha parecido injusta la fama de sosas y aburridas que tienen las peras, manifiestamente la más denostadas de todas las frutas. No sé porquéa qué puede responder ésto. A poco que las saques un ratito de su forma habitual de consumo, y las tratas con mimo y dulzura, aparecen deliciosas demostrándonos que son capaces de asombrarnos gastronómicamente.
Estas peras al vino tinto son un manjar dulce y delicado. Con independencia de los aderezos que se puedan emplear, lo que es de vital importancia es cocer la fruta suavemente de manera que resulte dulce y tierna pero no deshecha. Elige un vino con cierto carácter y calidad, lo que redundará en una salsa con más sabor. En cuanto a las peras, lo mejor es que sea una variedad resistente, como la conferencia o la passa crassana, y ejemplares firmes y enteros que soporten una cocción prolongada para que tengan el tiempo suficiente de adquirir ese bonito color púrpura, incluso por dentro.
Ingredientes y elaboración
(para 6 personas)
6 peras conferencia de buen tamaño
1 botella (75 cl) de vino tinto
300 g de azúcar
La piel de un limón
La piel de una naranja
1 anís estrellado
2 semillas de cardamomo
2 ramas de canela
2 clavos
Pela las peras conservando el rabillo y tratando de que no pierdan su forma acampanada. Córtales horizontalmente la base lo justo para que se mantengan de pie, ya sea para cocinarlas como a la hora de emplatar.
Elige una cacerola de fondo grueso en la que el calor se reparta de manera uniforme para que no se enternezcan más por unas zonas que por otras. Procura también que no sea demasiado grande, así las peras no se moverán más de lo necesario y el vino las cubrirá mejor.
Coloca las peras estratégicamente encajadas y añade los aderezos. Las ramas de canela, troceadas, las pieles de limón y naranja, sin nada de albedo (parte blanca y amarga de la piel de los cítricos), las semillas de cardamomo, el anís estrellado y los clavos. Incorpora el azúcar y vierte el vino.
Deja que cuezan tapadas, a fuego muy lento. Al principio, cuando aún están enteras, puedes girarlas de vez en cuando para que vayan tomando color por igual, pero a medida que se ponen tiernas hazlo con mucho cuidado porque se le quedarán las marcas del borde de los utensilios. Lo mejor es que cojas el vino con un cacillo o una cuchara y bañes las peras por encima o que agites con cuidado la cacerola con un movimiento circular.
Si, como se aconseja, has empleado peras de carne firme espera 35 o 40 minutos para comprobar si están tiernas. Para ello clavarles una brocheta hasta el corazón, si están cocidas no deben ofrecer resistencia pudiendo sacarla con total suavidad. Cuando estén en su punto, si aún queda líquido, pásalas a un recipiente con tapa y deja que reduzca el vino hasta que tenga la consistencia de un almíbar ligero.
Aparta del fuego y cuela el almíbar de vino sobre las peras. Cuando hayan perdido calor pásalas al frigorífico y conserválas en frío.
Sírvelas en un cuenco o en un plato con cierta profundidad regadas con la salsa de vino especiado colado.
Pues mírala como luce. ¿Te parece a tí que sea la pariente triste e insignificante de las demás?
Abreviaturas
cl Centilitro
g Gramo