Por aquellos tiempos estudiábamos el Bachiller Elemental. Lengua Española, Historia, Educación Física, Matemáticas, Latín, FEN (Formación del Espíritu Nacional), Religión, ..., y, además, las niñas, teníamos Hogar. Y nada de teoría, no, íbamos a una clase específicamente montada a tales efectos, in situ. Se supone que también había que aprender a ser, más o menos perfecta, unas mujercitas de nuestras casas; así que aprendíamos habilidades como limpiar, coser o cocinar, mi preferida.
Al entender de Dª Sole, mi profesora, como una clase no abarcaba el tiempo necesario para poder hacer un puchero, un estofado o una paella, poníamos en práctica los platos que nuestras madres elaboraban en pos de lucimiento culinario, que eran perfectos para el trabajo en grupo, todos megacurrados al puro estilo de la época. Así que allí nos ves cortando tiritas de pimiento morrón, picando menudísimas las claras y haciendo virutas las yemas del huevo duro, troceando piña, melocotón y peras, rallando zanahorias, aplastando patatas cocidas con el tenedor, quitando las espinas de las anchoas (ésto sí que tenía nivel, ¿eh?), ... Hasta hacíamos la mayonesa a mano. Al final mirábamos embelesadas el brazo de gitano de ensaladilla rusa, la macedonia de frutas, los pimientos fritos rellenos de tortilla, el cóctel de mariscos que solo llevaba gambitas o este pastel, platos que, aún hoy, se ven por ahí.
Ingredientes y elaboración
(para un molde de cake)
y 2 mini pasteles)
2 k de patatas (Monalisa)
14 huevos L
2 cebollas hermosas
4 salchichas tipo frankfurt grandes
Sal
AOVE
Pon a calentar aceite abundante en una buena sartén. Pela y trocea las patatas, yo las hago láminas de 4 o 5 mm de grosor, sálalas un poco y échalas a la sartén cuando el aceite esté bien caliente. Corta las cebollas en juliana o pluma gruesa e incorpóralas a las patatas. Revuelve un par de veces, mientras aún están enteras no hay problema de que rompan. No bajes el fuego, que se frían.
Luego, conforme se van dorando remueves con cuidado, de abajo hacia arriba dándoles la vuelta y, preferiblemente, con una cuchara de madera para que no se rompan demasiado, aunque es inevitable.
Prepara el molde o moldes engrasándolos y poniendo papel vegetal en el fondo. El de cake mide 26 x 12 x 8 y los redondos de 12 cm de diámetro por 5 cm de alto. Reserva.
Enciende en horno a 180º y coloca la bandeja en el centro.
En una sartén con un chorritín de aceite dale una vueltas a las salchichas, yo las de dejado doraditas para que se hicieran por dentro porque son de las gruesas; después, cuando están dentro del pastel no se cocinan tanto rato como para que se cuezan. Reserva.
Enciende en horno a 180º y coloca la bandeja en el centro.
Bate los huevos profusamente en un cuenco con bastante capacidad. Cuando las patatas y la cebolla estén tiernas y algo doraditas ve sacándolas con una espumadera dejando que escurran bien el exceso de aceite y pásalas directamente al cuenco con los huevos. Revuelve el conjunto cuando estén todas, cúbre el bol con una tapa o envolviendo un paño de cocina y déjalo cerca del calor o del horno. Ésta será, por llamarlo de alguna manera, una primera fase de cuajado.
Diréis qué es eso de las fase de cuajado, es para que la tortilla no resulte seca tras el horneado sin necesidad de tenerla mucho tiempo para no se tueste demasiado. Vamos, la adaptación a nuestro tiempo de las explicaciones de Dª Sole; según ella la tortilla rellena hay que cuajarla en la hornilla, cámbiandola de postura y dándole más vueltas que un trompo.
Quita el aceite de la sartén, cuélalo y resérvalo porque te sirve para cualquier otro guiso. Verás que mientras ha estado tapado se ha solidificado el huevo por algunas zonas; ahora, sin añadir nada de aceite vierte todo a la sartén, revuelve un momento a fuego medio para lograr un pelín más de densidad. Se trata de dejar la tortilla a medio hacer para que se termine de cuajar en el horno. Retira del fuego.
Coloca una primera capa de revuelto hasta la mitad de la altura del molde, presiona para compactar. Coloca las salchichas a lo largo presionando para hundirlas hasta la mitad, te aconsejo que no las pongas justo hasta el borde de los moldes, deja unos 3 cm en los extremos solo con tortilla para que tengan consistencia y no se rompa. Termina de llenar de revuelto asentándolo bien.
¿Ves? Está a falta de un ratito de horno. Alisa la superficie, tapa el molde con papel aluminio y termina de hacerla en el horno. Todo depende del punto en que llega y del grado de solidez que quieras, éste con 50 minutos ha tenido suficiente; de todas formas y ante la duda puedes pinchar una brocheta para comprobar cómo va estando, como se hace para los bizcochos.
Espera un poco para desmoldarlo porque se te pudiera romper, lo mejor es que pases un cuchillo romo a todo alrededor antes de darle la vuelta.
Para la versión mini tortilla como las salchichas eran grandes ha sido suficiente con una cortada por la mitad y no las sitúes muy al borde, deja un par de cm solo de tortilla a todo alrededor. Éstas han estado en el horno unos 20 minutos.
¿No me digáis que esta versión no son una monada? Están tiernas, jugosas y puedes comerlas con salsa de tomate, mayonesa o ketchup, todo le va genial.
Abreviaturas
k Kilo
cm Centrímetro
L Grande
AOVE Aceite de oliva virgen extra
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