La cocina francesa siempre ha sabido hacer valer su poderío en las artes culinarias. Nadie como los franceses ha sabido crear un conjunto de platos tan equilibrado, afición por el buen comer y desarrollar el arte de preparar una buena comida. Y además está el glamur. Sí, sí, glamur, sin la o, así queda reconocido por la RAE rezando como definición encanto sensual que fascina.
Bueno, sea como sea, la cuestión es que, para satisfacer el gusto de tomar algo dulce que tenían los elegantes hombres de finanzas que acudían a la bolsa, el maestro pastelero de la confitería La Lasne, situada junto a la bolsa de París, inventó unos pastelitos que se podían degustar en un plis plas sin mancharse las manos.
Y como nosotros no nos amilanamos por nada aquí os dejo la receta de estos magníficos financiers bajo la batuta de Paco Torreblanca. Calcaditos.
Ingredientes y elaboración
(para 30 financiers)
135 g de harina floja (repostería)
180 g de mantequilla avellana
300 g de azúcar
120 g de almendras en polvo
300 g de claras de huevo
Sal Maldón (una pizca de sal)
6 g de levadura en polvo
Precalienta el horno a 200º, calor arriba y abajo.
Para esta receta es imprescindible realizar una mantequilla avellana (beurre noisette), llamada así por el aroma y sabor a frutos secos que adquiere la mantequilla una vez fundida y dorada, sobre todo a avellana.
Pon la mantequilla a hervir a fuego muy lento de 10 a 15 minutos. En este tiempo se evapora el agua que contiene y van quedando partículas sólidas en la superficie que hay que ir retirando con una cuchara. Apártala cuando haya adquirido un bonito color dorado y expela ese aroma a avellana, no dejes que se oscurezca demasiado.
Cuela la mantequilla finamente colocando una gasa o una muselina en el colador. Reserva.
Está claro que ésta es una de las particularidades de los financiers. Para quienes me habéis comentado sobre poner aceite de oliva, tengo que decir que podremos adaptar infinidad de recetas a su uso pero hay singularidades que hacen que, a veces, no sea posible; ésta es una de ellas. Y viceversa, está claro que esta mantequilla con sus matices pudiera ser el aliño de muchos platos en lugar del aceite; otra cosa es que estemos dispuestos a ello.
Tamiza la harina y mézclala con el resto de ingrediente sólidos. Bate las claras de huevo ligeramente, no es necesario montarlas, e incorpóralas poco a poco mezclando bien. Vierte la mantequilla avellana envolviendo despacio, en hilo muy fino.
Deja reposar la masa 1 hora. Lo ideal es pasarla a una manga pastelera, a la que ni siquiera es necesario ponerle una boquilla, basta con cortar una esquinita para llenar cómodamente las cavidades del molde.
Escoger moldes no muy grandes, los de tipo concha o lingote son los más adecuados; ya sabes, hay que procurar no mancharse los dedos.
Si quieres hacer una variación sobre los clásicos rellena con masa casi la mitad de la cavidad, coloca una barrita Kinder y termina de llenar hasta medio cm del borde. Tendrás unos financiers con sorpresa.
Coloca la bandeja en el centro y hornéalos hasta que hayan subido y estén dorados, entre 15 y 20 minutos pero, como siempre, compruébalo pinchando una brocheta, que debe salir limpia.
Deja que pierdan algo de calor un rato antes de desmoldarlos y ponlos a enfriar sobre una rejilla para que no se humedezcan por debajo.
El último toque ha sido poner un zig zag de chocolate fundido a los financiers clásicos.
Y una lluvia de azúcar glas a los rellenos.
Os lo aseguro, son puro glamur.
¡Hummmmmmm!
A la vôtre santé.
De nuevo perezco al influjo de la cocina francesa. Es lógico, esto es la cuisine.
Abreviaturas
g Gramo
cm Centrímetro
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