Con la carne
picada se pueden hacer toda clase de platos, admite multitud de formas y
combinar con diferentes picadillos con los que se liga la carne cuyos
ingredientes varían en función de la textura que se quiere conseguir. Le suelo
pedir al carnicero que pase la carne por la picadora una segunda vez y en esta
segunda pasada le añado el jamón, los ajos y el perejil. El grado de picado de
la carne también influye, si está picada muy fino se consigue que queden muy suaves y lisas. También
me gusta freírlas antes de cocerlas para que no tengan el aspecto rugoso de las
que sólo están guisadas.
Con las cantidades que os doy salen unas 100 albóndigas medianas, son muchas, sí, pero merece la pena tener congeladas para un par de ocasiones más.
Para las albóndigas
250 g. de
carne de cerdo (magro)
250 g. de
carne de pollo (pechuga)
250 g. de carne
de ternera (cadera)
250 g. de
jamón serrano
6 dientes de
ajo
1 ramillete de perejil
6 huevos
300 g. de
pan rallado
Caldo
Colorante
Pimienta
Sal.
Para el caldo
4 l. de agua
1 caparazón de pollo
1 hueso de jamón
1 hueso de canilla
Poner todos los ingredientes del caldo en la misma olla en que se vayan a guisar las albóndigas y dejar hervir lentamente durante media hora. Al principio pon el fuego más fuerte para quitar la espuma que se vaya formando. Al cabo del tiempo colarlo y volver a verterlo a la olla. Reservar.
En un bol poner las carnes picadas y, si no se ha picado conjuntamente con los ajos, el perejil y el jamón, tendrás que hacerlo tú. Pon la pimienta y una poquita de sal (recuerda que llevan el jamón) y revuelve. Bate los huevos, añádelos y mezcla. Por último incorpora el pan rallado en varias veces y vuelve a mezclar. Deja reposar al menos un par de horas.
Prepara una bandeja donde ir poniendo las albóndigas y rocíala con pan rallado para que no se peguen. Pon aceite en un platillo para untarte la palma de las manos cuando vayas haciéndolas, así es rapidísimo. Prueba a ver si se forman bien las bolas o si necesitarían un poco de pan rallado más, pero no te pases con el pan si no quieres que te queden duras.
Pon a calentar la olla con el caldo mientras las haces. Fríe las albóndigas por tandas en la freidora o en una sartén con abundante aceite. Escúrrelas en un plato con papel de cocina y ve echándolas al caldo.
Cuando estén todas saca medio vasito de caldo, disuelve en él el colorante y viértelo sobre las albóndigas. Dejar cocer durante 20 minutos. Puede que tengas que añadirles algo más de agua para que tengas bastante caldo, que sale muy bueno y ahora en invierno apetece muchísimo. Necesitas caldo suficiente para comerlas una primera vez y para cubrir las que pases a los tuppers para congelar.
Pon a calentar la olla con el caldo mientras las haces. Fríe las albóndigas por tandas en la freidora o en una sartén con abundante aceite. Escúrrelas en un plato con papel de cocina y ve echándolas al caldo.
Cuando estén todas saca medio vasito de caldo, disuelve en él el colorante y viértelo sobre las albóndigas. Dejar cocer durante 20 minutos. Puede que tengas que añadirles algo más de agua para que tengas bastante caldo, que sale muy bueno y ahora en invierno apetece muchísimo. Necesitas caldo suficiente para comerlas una primera vez y para cubrir las que pases a los tuppers para congelar.
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