domingo, 11 de diciembre de 2016

Pechugas rellenas y patatas panadera






Estos rollitos de pollo es una de esas comidas improvisadas que cuando la ves en la mesa te sientes satisfecha. Cuando te tienes que plantear una comida rápidamente hay que frenar en seco un instante y pensar un poquito, no hay que llevarse a la boca lo primero que se nos ocurra.

Hoy ni siquiera íbamos a comer en casa y al final resultó que sí, así que ¡hala!, a preparar comida para cinco. Voy a la despensa, tengo patatas; y en el frigo unas pechugas de pollo. ¡Ufffff!, a ver qué más, qué más, ... Mira tú por dónde hay un trozo de chorizo y un túpper con 5 o 6 pimientos fritos (sobrantes de las migas del otro día) que me dicen a gritos que les toca a ellos ser el relleno de las pechugas, que no siempre va a tocarles al jamón y al queso. 

Ahora ya solo resta poner un toque gracioso y para éso opté por unos piñones tostaditos. Date una horilla de tiempo más o menos y tanto las patatas como las pechugas irán a la mesa a la vez.  



Ingredientes y elaboración
(para 5 personas)

1,200 k de patatas
300 g de cebolla
3 medias pechugas de pollo (1,100 k)
6 pimientos fritos
100 g de chorizo
30 g de piñones
80 ml de vino blanco (Montilla-Moriles)
1 c/p colmada de maicena
250 ml de caldo de ave
Sal
Pimienta negra molida
Perejil
AOVE






Precalienta el horno a 200º, calor arriba y abajo y coloca una balda en el centro. Pela y corta las patatas en rodajas de medio centímetro, colócalas en una fuente de horno lo suficientemente amplia como para que no queden demasiado apelotonadas.




Corta la cebolla en pluma gruesa, de unos 3-4 mm, e incorpórala a la fuente con las patatas.




Ponles sal, pimienta y un buen chorrito de aceite bien repartido. Revuelve con una paleta o cuchara, tapa la fuente con papel aluminio y métela en el horno. Programa 50 minutos de tiempo. Pasados los primeros 20-25 minutos saca la fuente, revuelve las patatas con cuidado de no romperlas, retira el aluminio y deja que continúen horneándose. 




Para hacer los rollitos abre las pechugas para conseguir un filete grande. Calcula 1/3 del grosor de cada una y haz un corte a lo largo sin llegar a seccionarla del todo. Quedará como si fuera  un libro abierto con más grosor de un lado. Corta de nuevo a lo largo y hacia la mitad de la parte más gruesa, siempre sin llegar a dividirla. Ahora ya tienes la pechuga en una sola loncha. Conviene aplastar un poco el filete obtenido para tener una superficie uniforme, lo que puedes hacer con un espalmador, con un rodillo, con la maja del mortero, ...




Pon una sartén a fuego medio-bajo, echa los piñones y rehógalos sin dejar de moverlos hasta que estén doraditos. Se hacen en un momentín así que no los pierdas de vista, que se te queman. Resérvalos.




Ve rellenando las pechugas. Ponles primero una poca de sal y de pimienta, extiende los pimientos y reparte sobre ellos el choricillo troceado y los piñones.





























Envuelve recogiendo hacia dentro los descuadres que haya para que te quede un rollito rectangular y proporcionado. Asegúralo atándolo con un bramante o hilo de cocina para que no se deforme al cocinarlo. Ponle sal y pimienta por fuera.  




Unta ligeramente de aceite el fondo de la misma sartén en que se hicieron los piñones, pon el fuego fuerte y cuando esté bien caliente marca los rollitos hasta dorarlos. Retíralos y resérvalos calientes. 




Cuando a las patatas les queden 8 o 10 minutos de horno saca la fuente, haz tres huecos para colocar entre ellas los rollos y que terminen de hacerse juntos. Pincha las patatas y actúa según veas. Si aún les falta algo para que estén del todo tiernas mantén la temperatura, el nivel de la bandeja en el horno y el tiempo restante; si ya te parecen perfectas coloca la fuente a un nivel superior y sube la temperatura o dale directamente al gratinador durante 3 o 4 minutillos, lo justo para que cojan un bonito color.

Saca los rollitos a una tabla de corte para que se enfríen un poco y los puedas manipular. Mete en el horno un plato o una fuentecita para servirlos en ella y que a la hora de llevarlos a la mesa se conserven calientes.

Retira el hilo de los rollos de pechuga y córtalos en rodajas de un par de centímetros de grosor. Resérvalos. En un último momento colócalos en la fuente que está calentita en el horno recomponiéndoles la forma.




Aprovecha los residuos de dorar la carne que quedaron en la sartén para hacer una salsa. Ponla a fuego medio, vierte el vino y deja que hierva a la vez que rebañas el fondo de la sartén con una cuchara de madera para despegar los juguitos que se quedaron allí adheridos. Cuando haya reducido casi a la mitad incorpora la cucharadita de maicena disuelta en medio vaso de caldo o agua y liga removiendo. 

A medida que vaya espesando ve poniendo más líquido hasta que tenga la consistencia que te guste, pero recuerda que espesara algo más según vaya perdiendo calor. Dale el punto de sabor poniendo la sal, la pimienta y el perejil. Baja el fuego al mínimo, deja que arranque a hervir muy suave y apártala.




Y éste es el resultado de un aquí te pillo, aquí te mato de un par de recortes que había en el frigo y otro par de ingredientes del fondo de despensa. Claro que con unos huevos fritos con patatas, a lo que yo he recurrido en incontables ocasiones, comes muy requetebien, pero esta fuente de doraditas patatas con cebolla al horno, las coloridas rodajas de jugosa pechuga rellena y la salsita sabrosa y suave, son un buen ejemplo de platos con los que, además, salir airosa.






Abreviaturas

c/p Cucharada de postre
g Gramo
k Kilo
ml Mililitro
mm Milímetro
AOVE Aceite de oliva virgen extra


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